“Expediente Warren”: Huele a refrito

Crítica originalmente publicada en Hello Friki. VER
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Llevo leyendo desde hace algunos días sobre la grandes virtudes y bondades que la película “Expediente Warren” (“The Conjuring”; James Wan, 2013) ha sido capaz de aglutinar para provocar -algo así- como una revolución en las películas de terror. Multitud de críticas y comentarios que la ponen por las nubes y que hablan de todo ese miedo que han pasado ante la pantalla. Pues amables lectores, o bien soy demasiado corto para apreciar esas excelencias de las que la gente tanto habla; o bien me estoy haciendo perro viejo y cada vez soy más difícil de sorprender. Yo me inclinaría más hacia esto último –no es por tirarme flores – pero lo que “Expediente Warren” me da, me lo han dado antes multitud de películas del mismo género. 

No hay revolución. Eso lo sabíamos todos. Lo que yo veo en cambio, es una sabia ópera publicitaria – seguramente se haya llegado incluso a pagar a los medios- con la que se ha vendido la película como si fuera lo mejorcito cuando, realmente, es más de lo mismo. Sin ir más lejos, la historia que se presenta no es nada original: una familia se traslada a una mansión con un oscuro pasado donde comienzan a acontecer sucesos paranormales. Aterrados por la ascendente violencia de estos, terminan por llamar a una pareja de investigadores expertos en este tipo de casos para intentar poner paz al hogar familiar. 

En parte puedo entender la reacción de gran parte del público respecto a esta película. Hay que reconocer que “Expediente Warren” cumple sobradamente lo que se espera de una cinta de terror y lo hace con una puesta en escena esmerada y sin excesos de violencia o efectismos. Wan sabe construir una trama en constante y ascendente tensión, con sus correspondientes momentos angustiosos y su buen par de sustos. Son muy interesantes los personajes de Ed y Lorraine Warren, una pareja que se gana la vida datando sucesos paranormales. La esposa, interpretada por una muy creíble Vera Farmiga, se come literalmente al resto de protagonistas, no solo por una muy creíble interpretación, sino por ese halo misterioso con el que se ha sabido rodear al personaje. 

Pero más allá de ser un trabajo correcto, “Expediente Warren” no posee ningún tipo de sorpresa o novedad que la permita reivindicarse como una obra de referencia dentro del género de terror. No solo la historia está harta trillada, sino que todos los recursos utilizados – si bien efectivos - han sido reciclados de otras películas. Es por esto por lo que soy incapaz de comprender esa desproporcionada sorpresa que “Expediente Warren” ha generado. Todo lo que acontece ya es conocido – si no por todo el público – sí por cualquiera que tenga un mínimo de recorrido en este tipo de películas. Todo el desarrollo de la tensión, todos los sustos, todos los trucos ya se han visto con anterioridad, no solo en el cine, sino últimamente en multitud de videojuegos (quizás uno de los sectores donde el terror tiene ahora más fuerza y atractivo) con lo cual, cualquier tipo de impacto queda mermado de primeras. Por mucho que la atmósfera consiga envolver al espectador, se sabe perfectamente por dónde y cómo te va a sorprender. 

Quizás - y vuelvo a indagar – todo se trate una cuestión de calidad. Ya he expuesto las virtudes que “Expediente Warren” reúne y que, aunque no la hacen resaltar por encima de otras tantas películas, bien la hacen cumplir su propósito con corrección. Pero hay que reconocer que nos encontramos en una época de sobresaturación de títulos cinematográficos, muchos de ellos de calidad más que dudosa. Evidentemente, el terror no es una excepción y basta con echar un vistazo a la cartelera para darse cuenta de la cantidad de pésimos trabajos que se estrenan al año y como, uno tras otro, caen en el olvido. Debemos tener en cuenta que este es un género complicado en el que puede caer en la comicidad o el ridículo con suma facilidad. Así, con este panorama, cuando sale a la luz algo bien hecho, el impacto en el público es mayor del que realmente debería ser y se empieza a tachar lo que es una obra correcta como sobresaliente. Lo que debería ser lo normal, se convierte en un fenómeno. 

Si buscan pasar un momento angustioso y pegar un par de gritos, adelante, “Expediente Warren” va a cumplir sus expectativas. Si en cambio, van al cine en busca de esa que muchos ya llaman “mejor película de terror de la década”, mejor quédense en casa y no pierdan el tiempo, que no hay nada nuevo bajo el Sol.

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