"La desolación de Smaug": Cuando Jackson reescribió a Tolkien

Crítica originalmente publicada en Hello Friki. VER
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Todos aquellos que vivieron hace ya más de una década el estreno de la trilogía de “El Señor de los Anillos”, recordarán la gran cantidad de lectores que pusieron el grito en el cielo ante unas adaptaciones que – decían- dejaban en el olvido a numerosos personajes y escenas. Pero si bien hay muchas cosas que se echaban de menos (personalmente a mí me fastidió mucho el final feliz que se le dio a la trama de la Comarca), en general, el conjunto de las tres películas supo plasmar la esencia fantástica y épica de los libros de Tolkien. Adaptar en su totalidad una obra de más de mil páginas y multitud de acontecimientos era un trabajo imposible y, evidentemente, había que centrarse en las partes más importantes. Como sea, no tardaron mucho las productoras en encontrar una solución a este “problema”.

Si no recuerdo mal (corregidme si me equivoco) fue con las “Las Reliquias de la Muerte” (David Yates, 2010/11) cuando empezó la actual moda de dividir un libro en dos cintas para lograr una adaptación más fiel de la novela (y de paso, pasar al público dos veces por taquilla –discúlpenme la redundancia). Y si bien en este caso el resultado fue un grandísimo acierto que dejó satisfechos a todos, es bastante evidente que este experimento ha pasado a convertirse – exclusivamente- en un sacacuartos más de los muchos engendrados en las profundidades de Mordor Hollywood. Se repitió la jugada con la apaleada “Amanecer” (Bill Condon, 2011/12) y ya se ha anunciado algo semejante para futura “Sinsajo” (Francis Lawrence, 2014/15) que pondrá punto y final a “Los Juegos del Hambre”, – algo que se antoja innecesario vistas las muy fieles y notables adaptaciones que se han realizado de unos dos primeros libros de semejante extensión.

Pero no hace falta hacer cábalas sobre trabajos futuros para confirmar lo antes escrito. Basta con atender al caso que nos toca. “La desolación de Smaug” (Peter Jackson, 2013) es la segunda parte de la anunciada trilogía que compondrá “El Hobbit”: un sencillito cuento que a pesar de su escasa extensión, está siendo descaradamente estirado. Si en un primer momento muchos consideraron ilógicas dos películas para adaptar esta novela, el asunto se tornó extravagante cuando, meses más tarde, se anunció que la saga contaría con una cinta más. Yo siempre he creído que “El Hobbit” se podría haber plasmado de forma perfecta en una sola película, máxime del eficiente trabajo que el propio Jackson realizó con las obras mucho más extensas y complejas que conforman “El Señor de los Anillos”.

Como ya apunté en mi crítica de la primera parte: “Un viaje inesperado” (Peter Jackson, 2012), las diferentes licencias que el director se toma añadiendo escenas y personajes inexistentes en la novela, suponen más una carga que un beneficio para el transcurrir de la trama principal. Con “La desolación de Smaug” la cosa va a peor. Jackson sigue en sus trece recuperando protagonistas de la saga del Anillo e introduciendo otros nuevos que no hacen más que obstaculizar y ralentizar la aventura de Bilbo y los enanos. Y con esto me refiero a las subtramas de Légolas y Tauriel; a la de Gandalf en Dol Guldur; a la de la fecha de Morgul; y a todo el rollo de la Ciudad de Lago. Subtramas estiradas sin necesidad y cuyos acontecimientos rompen no pocas veces la atención de un espectador mucho más interesado en la trama de Smaug. Puedo ser magnánimo con la trama del mago gris ya que esta está sacada de los apéndices que Tolkien escribió, pero su inclusión tanto en “Un viaje inesperado” como en “La desolación de Smaug” me sigue pareciendo poco atractiva.

Llevamos cinco horas de saga y me queda la sensación de que todo podría haberse resuelto ya. Con la primera parte del “El Hobbit” defendí que la separación de la novela en dos cintas daría la oportunidad de Jackson de perfilar mejor a los personajes, de no ser tan precipitado con las escenas y de mejorar los diálogos respecto a “El Señor de los Anillos”. Es decir, entendí la división en dos películas como una forma de lograr una adaptación más cuidada y redonda. Vista “La desolación de Smaug” ya no puedo defender esta sentencia por el mero hecho que he resaltado antes: la introducción innecesaria de tramas paralelas que no son sino paja. Teniendo las dos películas y conociendo la novela, tengo muy claro de que “El Hobbit” podría haber quedado perfectamente adaptada en estas dos películas sin que la calidad de la obra se resintiera por la falta de las subtramas. Todo lo contrario: la película ganaría en una mayor continuidad y expectación. ¿Qué necesidad hay de inventar historias, de alargar tramas y de perderse en acontecimientos menores cuando se trabaja sobre una novela cuya principal cualidad es su sencillez? Jackson ha pretendido crear un monstruo del tamaño de “El Señor de los Anillos” cuando “El Hobbit” es completamente lo contrario.

¿Qué es “El Hobbit"? “El Hobbit” es la historia de Bilbo, un holgazán que sin quererlo ni beberlo se ve involucrado en un gran viaje que lo transformará. Pero ¿dónde está Bilbo en la saga? Me queda la sensación (y es algo que ya sentí con la primera película) que Bilbo es el personaje menos importante de todos. Salvando la escena en el Bosque Negro y la conversación con Smaug, el que debería ser epicentro de la acción, pasa completamente desapercibido eclipsado por otros personajes secundarios que, al contrario, poseen un peso sobredimensionado respecto a su papel en el devenir de la historia. “El Hobbit” es una película que necesita concisión y no dispersión. Es la historia de Bilbo, que en un momento determinado se cruza con la historia de Thorin. El resto es intrascendente y carece de interés. En “El señor de los anillos” la división en dos grandes tramas funcionaba por el carácter épico de ambas (la guerra por un lado y la infiltración en la boca del lobo por otro). “El Hobbit” es solo una trama y los aspectos secundarios solo deberían haberse utilizado para permitir su avance y ensalzarla, no para embarrarla.

Ahora bien, si lo que usted busca es una película entretenida de aventuras, acción y fantasía con los mismos aires que desprendía la trilogía de “El Señor de los Anillos” y pasa completamente de que se trate de una mejor o peor adaptación de la novela en que se basa, “La Desolación de Smaug” va a cumplir sobradamente sus expectativas y conforme a ello la puntúo.

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