Soviet Sunday (VI): Alexander Nevsky

"Alexander Nevsky" significa el inicio de una nueva etapa en el trabajo cinematográfico de Eisenstein. Tras volver de su periplo por América con escasa fortuna, el director ruso comenzó a rodar la que sería su primera película sonora. Dejando de lado el tema de la Revolución Rusa, presente en sus anteriores producciones, Eisenstein inició un proyecto totalmente diferente que trataría acerca de uno de los héroes más reconocidos y queridos de Rusia: El Príncipe Alexander.

"Alexander Nevsky" sitúa la trama en el siglo XIII, cuando el territorio ruso apenas era una pequeña parte de lo que es hoy en día y donde una de las ciudades más importantes era Nóvgorod. En esta época, Rusia se encontraba casi al borde de la desaparición debido a los constantes ataques que recibía por parte de los mongoles y de los alemanes. Estos últimos avanzan implacablemente hacia Nóvgorod donde sus habitantes, desesperados, deciden pedir ayuda al príncipe Alexander para que guíe a sus tropas hacia la victoria. Así, utilizando su experiencia en el campo de batalla y la estrategia, Alexander se dirigirá hacia la batalla para hacer retroceder a los temibles teutones de hierro.

Una vez más, Eisenstein, vuelve a recurrir a la historia para el rodaje de una película. Si sus primeras películas mostraba unos sucesos cercanos a la época en que los rodó, está vez retrocede siete siglos para narrar una de las batallas más épicas de la historia rusa. Así, sin nada que envidiar a las presentes películas de "El Señor de los Anillos", Eisenstein recrea una batalla que se alarga durante más de media hora para disfrute del espectador. Si es verdad que la espectacularidad entre una y otra película es abismal, pero "Nevsky" también nos presenta un batalla basada en la grandeza, la heroicidad, el patriotismo e incluso algo en la comedia.

"Alexander Nevsky" es una aventura medieval con muchas de las características de las películas modernas. Ya no es tan impactante como podían ser "La Huelga" u "Octubre" respecto a su montaje y a su forma de narrar la trama. La experimentación ya no entra a formar parte y las escenas ya no se suceden a las grandes velocidades que imperaban en los primeros trabajos. Lo que no falla es la crítica hacia la religión y la violencia, bastante dura en ciertos momentos (La quema de los ciudadanos de Pskov que recuerda mucho a la matanza de la escalera de Odessa de "El Acorazado Potemkin" o a el asalto al barrio obrero en "La Huelga"). Si hay algo en lo que destaca esta producción es en los escenarios. La mayoría de estos suelen ser enormes espacios abiertos que dan una sensación de grandeza. Son escenas muy cuidadas en donde impera más el cielo que el suelo. Esto se aplica tanto al principio de la película como en la batalla contra los alemanes, que es donde realmente es importante. Las secuencias donde los teutones se agrupan o donde aparecen los caballos, son ciertamente bastas y abiertas, lo cual permite transmitir ese enormismo que tanto se busca a lo largo de la película. Las partes que se desarrollan en las ciudades también impera esta característica. Mientras los personajes hablan, casi siempre se suelen mostrar enormes estructuras al fondo. Las calles donde se agrupa la gente también poseen esta característica y los personajes principales así como los caballeros alemanes, suelen ser hombres grandes y fuertes, acompañas por llamativas vestimentas y cascos. Todas estas características tan cuidadas, proporcionan a la película una calidad excelente y permiten acercar al espectador lo más posible a lo que realmente fue la batalla y a las costumbres de aquellos personajes tan lejanos. Son características que transmiten fuerza y consistencia a la producción y, como tantas veces he señalado anteriormente, dan grandeza y espectacularidad a un resultado final nada desdeñable.

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