Especial Hayao Miyazaki #2: El Castillo en el Cielo


Seguimos con el especial centrado en las películas del animador japonés Hayao Miyazaki. Dos años después del estreno de “Nausicaä del Valle de Viento” (1984), cuyo buen recibimiento en cines permitió la fundación de Ghibli, se estrenó el segundo largometraje de Miyazaki: “El Castillo en el Cielo” (1986). La historia de este, fue desarrollada a partir de un pasaje de la novela “Los Viajes de Gulliver” donde se habla de una isla flotante llamada Laputa.

El Castillo en el Cielo” trata, como su buen nombre indica, de un castillo milenario que flota entre las nubes. Oculto en las alturas, muy pocos conocen de su existencia y del misterioso poder que alberga en sus entrañas. Sheeta, una de las pocas supervivientes de la dinastía de Laputa, tiene en su poder un medallón capaz de señalar el camino entre las nubes y alcanzar el olvidado santuario flotante. Aunque ella no sabe nada de esto, en su camino se cruzarán ciertas personas interesadas en hallar el castillo.

Nuevamente nos encontramos ante una irregular historia, aunque se nota la mejora en ciertos aspectos. El inicio de “El Castillo en el Cielo” vuelve a ser un conjunto de escenas precipitadas que buscan introducir rápido la trama y saltarse cualquier tipo de presentación entre personajes. Simplemente se dejan caer y una vez vistos, como si se conocieran de toda la vida. No son creíbles las relaciones que se crean entre personajes en un tiempo tan escaso de tiempo. La acción, eso sí, está muy presente y muy bien trazada. Desde el primer minuto hay explosiones, persecuciones y asedios aéreos. Apenas hay respiro hasta pasada la media hora. Falta equilibrar bastante aun la balanza entre desarrollo y acción, pero eso será solventado en futuros trabajos.

Se puede decir que “El Castillo en el Cielo” se diferencia en tres grandes partes. La primera englobaría toda la acción antes citada. Una segunda, también con altibajos en el interés, se basaría en la búsqueda de la isla flotante. La última parte, correspondiente a los últimos cuarenta minutos, de desarrollaría después de la llegada al castillo. En este bloque final, el mejor de las tres, somos partícipes de uno de los más magníficos mundos imaginarios de Miyazaki. Un escenario de extrema belleza exterior y unas entrañas oscuras y atractivas.

Los personajes, al contrario que en “Nausicaä” donde solamente se profundizaba en la chica protagonista, han ganado mucho en interés y desarrollo. Son, ahora sí, personajes con alma. Y esto se ve ante todo en los personajes secundarios, justamente al revés que en la primera película del director. Hablo del breve personaje del abuelo de Pazu y de Dola, la genial y desenfadada madre de los Piratas. Ambos personajes, con su forma de ser (el misterio y el humor), consiguen crear un halo de interés que refuerza mucho la historia de “El Castillo en el Cielo”. Los protagonistas (Sheeta y Pazu) tienen una correcta evolución, pero como se ha explicado en el anterior párrafo, el hecho de que parezca que se conocen de toda la vida, les resta muchos puntos. El villano, bastante plano, no tiene mucha historia.


Evolución Técnica

Respecto al trabajo artístico se nota igualmente un avance importante respecto a “Nausicaä”. Los personajes son el elemento menos trabajado en este aspecto, semejantes a los de la película antecesora. Los escenarios, sin embargo, van ganando mucho en detallismo, coloreado y sombreado. Si bien todavía quedan algunos planos de colores planos, el diseño concienzudo comienza a ganar terreno, aunque distan leguas de las obras mayores. A resaltar en este aspecto el trabajo de la ladera de la montaña (escena del tren) y el propio castillo de Laputa. La música, brilla prácticamente por su ausencia, cosa realmente extraña. Hay algunas escena en las que sería lógico un acompañamiento musical, pero, sin embargo, se quedan en silencio. Solo quedan los sonidos de los objetos que están en ese momento en escena. El resultado no es menos que curioso.


Aviación

Si en la anterior crítica habíamos hablado del ecologismo y el respeto por la naturaleza y sus seres, en “Un Castillo en el Cielo” se nos muestra otro de los elementos recurrentes de la obra de Miyazaki: la aviación. Ciertamente, en “Nausicaä del Valle del Viento” ya se muestran algunas naves, pero es en este segundo trabajo donde se va a reforzar esta auténtica devoción con el posterior clímax de “Porco Rosso”. Empieza la película en los aires, se desarrolla casi en su mayoría en los aires y termina en los aires. Y aquí caben todo tipo de naves, aviones, cometas y extraños inventos voladores.

Recordar, a modo de conclusión, que “Un Castillo en el Cielo” es realmente la primera película de Ghibli, pues “Nausicaä”, como ya explicamos, se realizó antes de la fundación del estudio, si bien, fue la causante de la creación de este.

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